Autora: Daniela Flórez González
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Durante el confinamiento en el que nos vimos obligados a estar por la pandemia de la Covid-19, se desbordaron todo tipo de sensaciones y emociones; la ansiedad era la principal protagonista en cada uno de nuestros hogares y no era para menos, nadie estaba preparado para afrontar una batalla contra un enemigo imperceptible.
Los diferentes sentimientos y formas de adaptarse a esta situación de cada individuo, han causado dificultades en la convivencia familiar; podríamos denominarla como “convivencia confinada” pues en ella hay días fáciles de llevar y otros no, pero lo más rescatable es la actitud de los niños, realmente son “héroes” porque en edades cortas les ha tocado padecer lo inimaginable: no poder interactuar con sus amigos, no poder practicar su deporte favorito, no poder ir al parque a distraerse, no poder asistir a un centro comercial con sus padres y aún más difícil de afrontar es el no poder asistir al preescolar, colegio o institución educativa.
A pesar de que en todo momento los medios de comunicación difunden información relacionada con los estragos sociales, sanitarios y sobre todo económicos de la situación, aún hay vacíos informativos para comprender, uno de ellos es: ¿cómo impactará este fenómeno a la población infantil? El cambio repentino en el estilo de vida de los niños produce factores estresores que pueden despertar complejos problemas emocionales o de conducta como depresión, ansiedad e hiperactividad; además, los niños se pueden considerar víctimas silenciosas en muchos casos de maltrato por el estrés emocional de sus familias, porque no entienden a cabalidad el contexto que atravesamos.
A propósito, Paola Bedoya, Magíster en psicología y educadora para familias en disciplina positiva menciona que:
Todo este tiempo de cuarentena por la Covid-19 que trajo consigo un nuevo orden social ha provocado en las personas una diversidad de emociones, que específicamente para los niños son más complejas de poner en palabras, ya que los adultos manifestamos estar agotados, cansados, preocupados, pero los niños a veces les cuesta nombrarlo y lo que ocurre es que es a través de sus emociones y comportamientos que comienzan a manifestar esta preocupación; pueden tener miedo a la muerte, a la perdida de un ser querido y estar ansiosos porque no ven a sus profesores, compañeros, porque sus actividades al aire libre se limitaron a un encierro y a un día a día monótono y caótico, por las distintas actividades que como padres tenemos, por ello lo que ocurre con estas emociones y comportamientos de los niños es que los adultos tendemos a interpretarlas como conductas inadecuadas y nos cuesta comprender que esta es la forma que ellos tienen de manifestar su preocupación por la situación actual.
(Comunicación personal, 2 de septiembre de 2020).
De acuerdo con lo anterior, la educadora propone algunas estrategias para hacer de la pandemia una experiencia “menos traumática” para los hijos, a continuación, se presentan algunos consejos sobre cómo acompañarlos:
- Es importante hablar con los niños de la situación y mantenerlos actualizados mediante un lenguaje sencillo y práctico, indicándoles qué ha pasado, en qué vamos, qué puede ocurrir, ofreciéndoles tranquilidad, estabilidad y seguridad.
- Resulta clave emplear el diálogo y permitir todo el tiempo que ellos expresen sus pensamientos.
- Deben utilizarse estrategias de conexión, como realizar actividades más que dirigidas acompañadas, es decir, que los niños sean quienes las propongan y los adultos los acompañemos.
- Recordemos validar sus emociones, nombrarlas y guiarlos en su gestión, de manera que los ayudemos a contenerlas y canalizarlas cuando están desbordados emocionalmente. Mediante diferentes tácticas podrán expresar su tristeza, rabia, e incluso su frustración. Dominar la emoción y validarla, es un paso importante para que ellos logren sentirse mejor (Comunicación personal, 2 de septiembre de 2020).
Sin duda alguna, es esencial que los padres, abuelos y la familia en general conozcan cómo guiar a los niños en estos momentos de crisis, e informarles sobre el autocuidado, desde el amor, la comprensión y la empatía para que estos se sientan acogidos, protegidos y sea la oportunidad de que experimenten el acompañamiento permanente, lo cual a su vez implica hacerlos parte de la vida cotidiana de los adultos, hablarles sobre historias en el trabajo, implicarlos en las labores diarias de la casa, tener conversaciones sobre sueños, metas y muy importante dejar que ellos expresen sus temores, esto será vital y fundamental para su salud emocional.
- Para conocer más sobre disciplina positiva, puede seguirse en Facebook a: @Ps.PaolaBedoya, en Instagram a: @ps.paolabedoya
Cómo citar este texto siguiendo las indicaciones de la séptima edición de APA
Flórez González, D. (4 de septiembre de 2020). Sensaciones confinadas: el caso de los niños durante la pandemia. Blog Fondo Editorial Universidad Católica Luis Amigó. https://editorialluisamigo.home.blog/2020/09/04/sensaciones-confinadas-el-caso-de-los-ninos-durante-la-pandemia
Nota legal:
Lina Kivaka. (30 de diciembre de 2018). Foto/leyendo-nino-pagina-persona [Imagen pexels]. https://www.pexels.com/es-es/foto/leyendo-nino-pagina-persona-1741230/