Autor: David Esteban Zuluaga
Correo electrónico: perseitas@amigo.edu.co
La mística no pretende explicar quién es dios, sino relacionarse con él, experimentarlo y gozar de sus efectos. Cuando se habla de dios, se habla de una experiencia espiritual.
En un mundo convulsionado como en el que vivimos, es común encontrar personas que dicen haber perdido el sentido de la vida, regidos por la desesperanza, y otras que, por el contrario, aseguran estar colmadas de él, aunque no saben muy bien en qué se funda. Los primeros, se vuelcan sobre la cerrazón de su existencia; los segundos, sobre la defensa ciega de ideales religiosos, ajenos a ellos, que no comprenden bien, y que, en el fondo, no representan un sentido sino más bien un adoctrinamiento. En ambos casos, podríamos decir, se carece de espiritualidad, de consciencia de sí y de los otros.
La cerrazón del desesperanzado y la irracionalidad del adoctrinado se fundan en la imagen de un dios tirano al que hay que obedecer, y que, de no hacerlo, podría acabar por completo con la vida del “desobediente”. Nada gratuito es que algunos creyentes carentes de espiritualidad atribuyan la falta de sentido de la vida de los otros a la no adopción del mandato del dios tirano que ordena y acorrala. En el fondo, el problema no se genera solo por la idea que tengamos de dios, sino también, por la falta de experiencia espiritual que trasciende la idea misma de dios, pues, para el creyente espiritual, dios es una verdad que se dona sin límites, sin que esto implique que creer sea prescriptivo, pues el creyente es conocedor de que la experiencia de dios “puede ser aceptada o rechazada en la libertad de cada individuo” (Moreno y Arboleda, 2018, p. 354), elección que permite, no solo reconocer que el otro es plural, sino también que la experiencia espiritual se construye en relación con los otros.
Para ahondar el tema de la experiencia espiritual se sugiere leer el artículo Experiencia y donación (2018), publicado en la revista científica Perseitas, en el cual se aborda la espiritualidad no desde su comprensión inteligible, sino desde la vivencia. La investigación de la que se deriva el artículo consideró la experiencia espiritual cotidiana de 317 estudiantes universitarios de diferentes programas académicos, cuya edad osciló entre 17 y 55 años. Se desarrolló mediante un estudio descriptivo transversal, tomó como uno de sus principales referentes la teoría del fenómeno saturado de Jean-Luc Marion y se sirvió del test The Daily Spiritual Experience Scale (DSES) de Lynn G. Underwood (2006) para la recolección de la información.
Según los investigadores:
La tendencia de los estudiantes universitarios es a sentirse muy cerca de Dios, debido a que experimentan la mayoría de los días la presencia divina, una conexión con todo lo que es vida, una disminución de las preocupaciones del día a día gracias a los momentos litúrgicos o de oración, fortaleza y consuelo en la religión o espiritualidad que profesan, una profunda paz o armonía interior, la ayuda y la guía de Dios en medio de las actividades diarias, el amor que Dios les tiene directamente
(Moreno y Arboleda, 2018, p. 379).
En efecto, el artículo evidencia que los estudiantes universitarios tienen experiencias espirituales y estas se patentizan a través de su testimonio, en el encuentro con el otro. Así, testimoniar es una donación amorosa que consiste en poner en común-unidad la propia experiencia espiritual que no admite un encerrarse sobre sí mismo, pues como dicen los investigadores:
Solo desde la apelación del amor, el hombre se recrea en el amor y da amor a todo ser humano, abandonándose hasta los límites del propio ser, deviniendo un sujeto adonado, ya que no se apropia del don encerrándose en sí mismo, sino que lo transmite generosamente a los otros”
(Moreno y Arboleda, 2018, p. 382).
El artículo concluye indicando que The Daily Spiritual Experience Scale (DSES) de Underwood (2006), resalta elementos vivenciales, relacionales y místicos de la experiencia espiritual de los estudiantes que participaron en el estudio y, por tanto, no busca una comprensión inteligible de la espiritualidad, sino más bien dar testimonio de su propia experiencia en la relación con el otro.
Referencia
Moreno, J., y Arboleda Mora, C. (2018). Experiencia y donación. Perseitas, 6(2), 352-386. doi: https://doi.org/10.21501/23461780.2842
Nota legal:
Riley Kaminer. (9 de agosto de 2011). Sunrise Yoga. Recuperado de https://www.flickr.com/photos/rwkphotography/6043775481/
El contenido de esta publicación se deriva del artículo Experiencia y donación, escrito por Juan José Moreno y Carlos Arboleda Mora y publicado en 2018 en la revista Perseitas, volumen 6, número 2, que puede leerse y descargarse en: https://doi.org/10.21501/23461780.2842
Cómo citar este texto:
Zuluaga Mesa, D. E. (17 de octubre de 2019). Dios, una experiencia espiritual que se construye con el otro [Mensaje en un blog] Recuperado de https://editorialluisamigo.home.blog
[…] Dios, una experiencia espiritual que se construye con el otro […]
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